Recojo del cielo todas tus miradas,
me alzas, me calmas, me atrapas.
Dos palabras permanecen calladas,
decidiendo entre atrevidas o asustadas.
Me enredo entre los hilos de tu vida,
me sumerjo en tus causas perdidas,
susurros, caricias, frases comedidas.
En ti, por siempre, poder tener cabida.
Convencerte las veces que precises,
enviarte impacientes cartas sin remite.
No darte tiempo para que recapacites,
conseguir que algún día me necesites.
Encontrarnos en universos rayanos,
donde en tus labios siga siendo verano.
Inventar finales aún no inventados,
jugárnoslo todo a una sola mano.
enmudeces palabras...
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