miércoles, 13 de mayo de 2009

Llegaste. Ninguno se fijó en el otro. Dejaste tu halo. Volviste. Mis ojos se clavaron en tí para no olvidar los tuyos nunca. Tus labios, el sabor de tus besos, el olor de tu cuerpo. Tu sonrisa. Tu tacto. Te fuiste. Te vi marcharte. Dejaste ese dolor en mi pecho. Ese lío en mi cabeza. Quise perderme contigo. Irme lejos. Juntos. Desperté. Te busqué a través de la ventana. Tan sólo vi la lluvia caer. Un corazón que se abría más que nunca. Y esa ansiedad por verte, por no saber cuando te veré. Te esperé. No llegaste. Te esperaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario